On martes, 19 de abril de 2011 0 comentarios


36  VHrw,ta de, tij auvto.n tw/n Farisai,wn i[na fa,gh| metV auvtou/( kai. eivselqw.n eivj to.n oi=kon tou/ Farisai,ou katekli,qhÅ  
37  kai. ivdou. gunh. h[tij h=n evn th/| po,lei a`martwlo,j( kai. evpignou/sa o[ti kata,keitai evn th/| oivki,a| tou/ Farisai,ou( komi,sasa avla,bastron mu,rou  
38  kai. sta/sa ovpi,sw para. tou.j po,daj auvtou/ klai,ousa toi/j da,krusin h;rxato bre,cein tou.j po,daj auvtou/ kai. tai/j qrixi.n th/j kefalh/j auvth/j evxe,massen kai. katefi,lei tou.j po,daj auvtou/ kai. h;leifen tw/| mu,rw|Å  
39  ivdw.n de. o` Farisai/oj o` kale,saj auvto.n ei=pen evn e`autw/| le,gwn( Ou-toj eiv h=n profh,thj ( evgi,nwsken a'n ti,j kai. potaph. h` gunh. h[tij a[ptetai auvtou/( o[ti a`martwlo,j evstinÅ  
40  kai. avpokriqei.j o` VIhsou/j ei=pen pro.j auvto,n( Si,mwn( e;cw soi, ti eivpei/nÅ o` de,( Dida,skale( eivpe,( fhsi,nÅ  
41  du,o creofeile,tai h=san danisth/| tini\ o` ei-j w;feilen dhna,ria pentako,sia( o` de. e[teroj penth,kontaÅ  
42  mh. evco,ntwn auvtw/n avpodou/nai avmfote,roij evcari,satoÅ ti,j ou=n auvtw/n plei/on avgaph,sei auvto,nÈ  
43  avpokriqei.j Si,mwn ei=pen( ~Upolamba,nw o[ti w-| to. plei/on evcari,satoÅ o` de. ei=pen auvtw/|( VOrqw/j e;krinajÅ  
44  kai. strafei.j pro.j th.n gunai/ka tw/| Si,mwni e;fh( Ble,peij tau,thn th.n gunai/kaÈ eivsh/lqo,n sou eivj th.n oivki,an( u[dwr moi evpi. po,daj ouvk e;dwkaj\ au[th de. toi/j da,krusin e;brexe,n mou tou.j po,daj kai. tai/j qrixi.n auvth/j evxe,maxenÅ  
45  fi,lhma, moi ouvk e;dwkaj\ au[th de. avfV h-j eivsh/lqon ouv die,lipen katafilou/sa, mou tou.j po,dajÅ  
46  evlai,w| th.n kefalh,n mou ouvk h;leiyaj\ au[th de. mu,rw| h;leiyen tou.j po,daj mouÅ  
47  ou- ca,rin le,gw soi( avfe,wntai ai` a`marti,ai auvth/j ai` pollai,( o[ti hvga,phsen polu,\ w-| de. ovli,gon avfi,etai( ovli,gon avgapa/|Å  
48  ei=pen de. auvth/|( VAfe,wntai, sou ai` a`marti,aiÅ  
49  kai. h;rxanto oi` sunanakei,menoi le,gein evn e`autoi/j( Ti,j ou-to,j evstin o]j kai. a`marti,aj avfi,hsinÈ  
50  ei=pen de. pro.j th.n gunai/ka( ~H pi,stij sou se,swke,n se\ poreu,ou eivj eivrh,nhnÅ

b)     Versión Biblia de Jerusalén
36 Un fariseo le rogó que comiera con él, y, entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa.
37 Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume,
38 y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume.
39 Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora.»
40 Jesús le respondió: «Simón, tengo algo que decirte.» El dijo: «Di, maestro.»
41 Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta.
42 Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?»
43 Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más.» El le dijo: «Has juzgado bien»,
44 y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos.
45 No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies.
46 No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume.
47 Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.»
48 Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados.»
49 Los comensales empezaron a decirse para sí: «¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?»
50 Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado. Vete en paz.»
2.      Crítica textual.

En esta perícopa existen tres elementos de crítica textual en cuanto al acercamiento al aparato crítico de The Greek New Testament, las cuales son:

v. 39  profh,thj: En algunos testigos aparece el artículo [ό] en Β y Ξ, lo cual es considerado por GNT como una referencia exegética al “profeta” esperado que se anuncia en Dt 18, 15 y además se pide confrontar en Jn 1, 21; 6,14 y 7,40. El comité la califica como {A}, pues en la mayoría de los escritos aparece sin artículo, en los códices sinaítico, alejandrino, parís, washington, londres, entre otros.

v. 42 plei/on avgaph,sei auvto,n  aparece en los p3 y p75, en los códices sinaítico, vaticano, parís, londres, copto sahidico  y bohairico; plei/on auvto,n avgaph,sei aparece en la familia 1 de manuscritos, ítala, vulgata y copto; έίπεplei/on auvto,n avgaph,sei (en el alejandrino aparece επί en vez de έίπε) está presente en Paris, Wolfenbütel, Tiflis, Leningrado, la familia 13 de manuscritos (en Munich aparece avgaph,sei auton y mientras que en el goth aparece έίπε ουν plei/on). El comentario que aparece es que aunque έίπε (puesto que, si es verdad) pudo ser omitida no es llamativa en el texto bizantino ni en el textus receptus, la ausencia de  auvto,n en 1546 parece accidental. Sobre la base de los testigos externos el comité prefiere el texto leído en el encabezado.
v.45. eivsh/lqon: En los testigos L f13, 157, 1071, aparece el término eivshqον (desde que ella entró), que pretende evitar el término “[desde que] yo entré”, ya que puede sugerir una exageración.

En cuanto a las traducciones españolas de la Biblia, los versículos que son problema en el GNT se presentan de esa manera:

Versículos
Biblia de Jerusalén
Biblia de Nuestro Pueblo
Reina Valera
7, 39
Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora.»
Al verlo, el fariseo que lo había invitado, pensó: Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer lo está tocando: es una pecadora
Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Éste, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
7,42
Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?»
Como no podían pagar, les perdonó a los dos la deuda. ¿Quién de los dos le amará más?
 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?
7,45
No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies.
Tú no me diste el beso de saludo; desde que entré, ella no ha cesado de besarme los pies.
No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.

En el v. 39 aparece en la Biblia de Jerusalén y en Reina Valera, la expresión “se decía para sí”, en cambio en la Biblia de Nuestro Pueblo  sale la palabra “pensó”.

En el caso del v.42 no encontramos variantes significativas

En el v. 45 en las traducciones españolas aparece la misma cuestión planteada en el griego, ya que en Jerusalén estádesde que entró aludiendo a la mujer, en cambio en las otras dos traducciones sale la expresión desde que entré, de lo que se puede intuir que se refiere a Jesús.

Cabe también llamar la atención en algunas variantes que aparecen en las traducciones españolas:

Versículos
Biblia de Jerusalén
Biblia de Nuestro Pueblo
Reina Valera
7,36
Un fariseo le rogó que comiera con él, y, entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa.
Un fariseo lo invitó a comer. Jesús entró en la casa del fariseo y se sentó a la mesa.
Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
7,37
Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume,

En esto, una mujer, pecadora pública, enterada de que estaba a la mesa en casa del fariseo, acudió con un frasco de perfume de mirrá,
Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
7,49
Los comensales empezaron a decirse para sí: «¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?»
Los invitados empezaron a decirse:-¿Quién es éste que hasta perdona pecados?
Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?

En el v. 36 aparecen en las traducciones Jerusalén y Reina Valera el verbo rogó, mientras que en la Biblia de Nuestro Pueblo sale el verbo la conjugación lo invitó. En las traducciones de Jerusalén y de nuestro pueblo aparecen se puso y se sentó a la mesa respectivamente, y en la Reina Valera aparece comiese con Él.

En el v. 37 la Biblia de Jerusalén tiene en cuenta la versión griega “había en la ciudad”, evn th/| po,lei mientras que las otras traducciones la omiten.

Finalmente en el v.49 encontramos que ninguna traducción española recoge el término griego sunanakei,menoi [que estaban reclinados a la mesa con el], sino que aparecen palabras cómo comensales (Biblia de Jerusalén), los invitados (Biblia de nuestro pueblo) y los que estaban juntamente sentados a la mesa (Reina Valera).

3.      Análisis morfológico y semántico

 v. 36 katekli,qh  verbo indicativo, aoristo pasivo y tercera persona singular de katakli,nw (hacer sentar, sentar, recostarse), se puede presentar como katakli,w “reclinarse a la mesa”, y que en el v.37 aparece kataketai.

v. 37  avla,bastron (alabastro)sustantivo-nombre acusativo femenino singular o acusativo masculino singular deavla,bastroj-- mu,rou (de perfume) sustantivo-nombre genitivo neutro singular de mu,ron.

v.38. ovpi,sw detrás (adverbio). El relato sitúa a la mujer muy cerca de Jesús preparando la sorpresa auvtou/, pronombre genitivo masculino.

v. 38.  klai,ousa (llorando)verbo participio presente activo, nominativo femenino singular de klai,w llora tanto que sus lagrimas bre,cein mojar o llover, que hace alusión a una forma de lavar los pies al convidado, luego aparecen dos acciones los enjugaba evxe,massen kai los besaba afectuosamente katefi,lei éste  último aparece en imperfecto de repetición y seguidamente aparece el verbo ungir h;leifen que puede hacer alusión a un gesto de realeza o a la unción anterior del perfume en aceite.

v. 39. kale,saj (que había invitado), verbo participio, aoristo activo, se busca realzar la indignación del fariseo por medio de una introspección evn e`autw/| preposición y pronombre dativo masculino, su interés va hacia Jesús más no hacia la mujer Ou-toj, es un elemento peyorativo. [ό]  profh,thj, puede hacer alusión al profeta escatológico o a un profeta (en caso que no se use el artículo), de todas maneras el fariseo busca cuestionar a Jesús con kai. potaph. h` gunh quién o qué clase de mujer.

v. 40. e;cw soi, ti eivpei/n (tengo algo que decir), se quiere resaltar la iniciativa de Jesús, cuya respuesta del fariseo es reconocerlo como  Dida,skale [1].

v. 43. ~Upolamba,nw (supongo) verbo indicativo presente activo en primera persona, es la respuesta del fariseo que muestra duda, frente al argumento de Jesús.

vv. 44b- 46 Los gestos de la mujer y del fariseo se contraponen:

Gestos del fariseo
Gestos de la mujer
v. 44. eivsh/lqo,n sou eivj th.n oivki,an( u[dwr moi evpi. po,daj ouvk e;dwkaj\
Entré en tu casa y no me diste agua para los pies.
au[th de. toi/j da,krusin e;brexe,n mou tou.j po,daj kai. tai/j qrixi.n auvth/j evxe,maxenÅ  

Ella, en cambio, ha mojado mis pies conlágrimas, y los ha secado con sus cabellos.
v. 45. fi,lhma, moi ouvk e;dwkaj

No me diste el beso
au[th de. avfV h-j eivsh/lqon ouv die,lipen katafilou/sa, mou tou.j po,dajÅ  

Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. (se añade el gesto de los pies en comparación con lo del fariseo)
v. 46. evlai,w| th.n kefalh,n mou ouvk h;leiyaj

No ungiste mi cabeza con aceite
(no ungió)
au[th de. mu,rw| h;leiyen tou.j po,daj mouÅ  


Ella ha ungido mis pies con perfume.
          (Si ungió)

v. 47. o[ti (pues o dado qué) es una conjunción subordinada que introduce una afirmación, que puede mostrar de manera implícita que por el amor se logra el perdón.

  1. Crítica literaria.

La primera pauta para hacer crítica literaria es la delimitación de la perícopa, en el caso del texto que estamos estudiando encontramos, que existe un cambio de escena en comparación con las perícopas anteriores, pues en el v.36 aparece un nuevo tema “Un fariseo le rogó que comiera con él…” y en el v. 50 hay un envío a la mujer “tu fe te ha salvado. Vete en paz”. Por otra parte encontramos que en las perícopas anterior y posterior, aparecen otros temas, Jesús juzga a su generación (Lc7, 31-35) y las mujeres que acompañaban a Jesús (Lc 8, 1ss).
La segunda pauta es ubicar la perícopa en la estructura literaria del texto, y ésta pertenece a la actividad de Jesús en Galilea (cf. Lc 4,14-9,50), y de manera más específica a los signos que muestran a Jesús como profeta-salvador[2](Lc 7, 1-50), que se considera todo el capítulo como una serie de relatos entrelazados entre sí, por el encabezamiento que a la vez hace gancho con el otro tema “una vez concluidas todas estas palabras al pueblo entró en Cafarnaúm”.

El texto tiene el siguiente esquema narrativo, 1) Jesús es invitado a un banquete, 2) una mujer entra y unge a Jesús, 3) la reacción negativa del gesto, 4) Jesús defiende a la mujer y 5) Jesús elogia a la mujer[3]. También hay que llamar la atención que en los pasajes anteriores a esta perícopa (cf. Lc 7, 18-30.31-35) se presenta la relación entre Juan Bautista y Jesús, y por eso mismo se considera que el relato de perdón a una pecadora pública es considerada una “interpolación menor”[4].

  1. Crítica de los géneros.
A lo largo de la perícopa se presentan diversos elementos que son propios de Lucas y otros que no son ni siquiera griegos. En el v. 36 existen unas características de ésta índole (i[na “para qué”), también se considera que Lucas no inventó el género del banquete, se dice que viene de un sistema de reglas precisas que dan pie para mostrar un mensaje filosófico o religioso[5].

Otro de los elementos que se pueden tener en cuenta en este aspecto de los géneros, parece que existe un interés en conocer más detalles de los que aparecen en Mc y Mt, es la razón que se presente como una conocida pecadora que no hace una unción real o mesiánica sino un gesto lleno de humildad de una persona arrepentida ante Jesús. El relato hace un giro ya no se prioriza a Jesús sino el destino de la mujer, buscando que ésta sea el centro de la narración, “el interés típico de las leyendas por los personajes secundarios revela que nos encontramos ante una leyenda”[6]. Fuera de lo anterior, se reconoce que la interpretación se encuentra afectada por la influencia que tiene la parábola de los deudores en el centro de la narración[7].
Es más en el conjunto de las narraciones evangélicas las leyendas pretenden mostrar dos objetivos conocer algunos rasgos de las personas que rodearon a Jesús y para tener un mayor conocimiento de Jesús. Dentro de los otros relatos donde come Jesús en la casa de fariseo, se dice que se relacionan entre sí y tienen una identidad propia redaccional (cf. Lc 7, 36; 11,37; 14,1). Como se había compartido en líneas anteriores se utiliza un procedimiento estilístico proveniente del helenismo, llamado simposio, cuyo origen se encuentra en la costumbre de beber y conversar después del banquete, en donde diversos comensales van tomando la vocería mostrando su sabiduría[8].

Se estructuraba el simposio con un anfitrión rico y con algún tipo de sabiduría, la invitación no siempre es explicita y se da más bien por supuesta, aparecen gradualmente los invitados y existe un invitado de honor, dicho coloquio arranca con un hecho poco usual. Además se tienen en cuenta la distribución en los puestos de la mesa, ya que puede generar conflictos en los comensales. La función del invitado principal es enumerar las cosas significativas empleando los argumentos más convincentes. Lo que es llamativo en este simposio de Lc 7, 36-50, es que la acción la origina la mujer (cf. Lc. 7, 37-38)[9].

  1. Crítica de las tradiciones y de la redacción

Desde el punto de vista de la historia de las formas el relato lo conforman una declaración de Jesús (7, 36-40.44-47) y una parábola sobre el prestamista y dos deudores (7,41-43), “no hay ningún motivo para pensar que Lucas sea el responsable de esta combinación de elementos, lo más probable es que lo haya tomado de la tradición tal como él mismo la reproduce”[10]. En el caso del v. 47c “en cambio, al que poco se le perdona muestra menos amor”, tiene como objetivo ser una adición redaccional que una la parábola con la declaración[11].

La narración tiene una naturaleza combinatoria, debido a que se percibe una relación implícita con la unción  de Jesús en Betania (cf. Mc 14, 3-9), que se plasma en primer lugar, que en Lc 22 no aparece ningún paralelismo con está unción de Jesús, lo cual es muy coherente con el estilo de Lucas de evitar los duplicados[12]. En segundo lugar, en ambos textos aparece una mujer anónima que irrumpe al banquete sin estar invitada, Jesús aparece recostado a la mesa, es idéntico el nombre del anfitrión así sea distinto el epíteto, hay una reacción que desaprueba el gesto y la defensa de Jesús de la mujer.

Las diferencias entre las versiones de Marcos y Lucas son, que en el primero Jesús se encuentra en Betania y no en Galilea antes de la pascua y que la mujer unge la cabeza de Jesús y no los pies. Por otra parte, encontramos que la reacción negativa de los asistentes es de algunos y no como en Lucas que fue del fariseo, en Marcos no se explicita la condición de la mujer y la unción se relaciona con la sepultura, mientras que en Lucas se explicita que es una mujer pecadora y la unción se relaciona con el perdón.

El argumento que se toma sobre la elaboración de este relato es, Lucas  toma esta narración de su fuente particular, pero tiene en cuenta elementos propios de Mc 14, 3-9, dentro de los cuales están en que la primera parte de la perícopa no aparece de manera explícita el nombre de los fariseos (vv. 36, 37 y 39), y que después recibe el nombre de Simón (vv. 40,43 y 44), también se encuentran elementos propios del vocabulario propio de Marcos en la narración de Lucas (ver Lc 7, 48-50 con Mc2,5 y Lc 7, 49 con Mc2, 6-7). Pero se concluye temporalmente que “los vv. 48-50 como verdadera composición del propio Lucas, en la que ha tratado de imitar ciertos giros de la narración evangélica de Marcos”[13].

Dentro de lo propio del Evangelio de Lucas es llamativo que un fariseo omita las normas de cortesía, y además su crítica no hace parte de un gesto de delicadeza, también se resalta la actitud de Jesús con la mujer “se le perdonan los pecados porque ha amado mucho” (v. 47b) en donde se entreteje el amor, la fe y el perdón. Cabe añadir que el episodio de la unción de Jesús por parte de la mujer en un banquete, fue adquiriendo por la tradición oral diversos matices.

Existe un problema con el v. 47ª ya que existen dos modos de entenderlo; una es “quedan perdonados sus muchos pecados, porque demuestra mucho amor” y otra es “quedan perdonados sus muchos pecados y por eso da tales muestras de amor”. Se debe tener en cuenta que la conjunción griega o[ti se puede comprender de forma causal o consecutiva. Por tanto la parábola de los vv 41-43 y 47b se deben interpretar en el amor-agradecimiento de la mujer porque ha sido perdonada.

  1. Análisis por la segmentación.

Esta perícopa se puede segmentar en las siguientes partes, 1) La irrupción de la mujer en la comida vv. 36-39, 2) El diálogo de Jesús con Simón vv. 40-43, 3) La confrontación de las acciones de Simón con las de la mujer vv.44-47 y 4) El envío vv. 48-50.

1)      La irrupción de la mujer en la comida (vv. 36-39)

36 Un fariseo le rogó que comiera con él, y, entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa. 37 Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, 38 y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume. 39 Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora.»”
En primer lugar aparece una invitación y una aceptación en el marco de una cena teniendo en cuenta que los judíos tenían la costumbre de comer recostados. En segundo lugar, encontramos otra de las comidas de Jesús con los fariseos que junto con otras, adquieren un realce en Lucas (cf. Lc. 11, 37; 14, 1). En tercer lugar, encontramos a la mujer que es identificada como pecadora en la ciudad, la cual va apareciendo de manera extraordinaria, como lo atestiguan términos en el evangelio como “y he aquí” o “habiendo observado”.

En el v.38 después de esa aparición inesperada de la mujer, ella va adquiriendo mayor protagonismo, aparece después de estar observando y luego ese bonito gesto de lavar sus pies con sus lagrimas, seguido los besa y los unge generando un ambiente de significación de amor. Cabe añadir que el gesto ritual de ungir era destinado a los reyes en su cabeza, mientras que no era digno lavar los pies. Sin embargo, Jesús no rechaza ese gesto, que si rechaza el fariseo con un soliloquio en el que expone su modo de pensar,  era ilógico que un profeta, quien tenía que saber la condición de las personas que trataba, fuera cercano con una pecadora[14].

2)      El diálogo de Jesús con Simón vv. 40-43.
40 Jesús le respondió: «Simón, tengo algo que decirte.» El dijo: «Di, maestro.» 41 Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta.42 Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?» 43 Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más.» Él le dijo: «Has juzgado bien»”.
Encontramos la iniciativa de Jesús que le hace conversación ya que percibe sus pensamientos (cf. Lc 5,22 y 6,8), en donde narra una historia de dos deudores, en donde el prestamista perdona tanto la deuda grande como la pequeña, porque ninguno de los dos (era ilógico que un prestamista condonara deudas). Esa indulgencia de las deudas va mostrando la cualidad de perdón de los pecados que tiene Dios.
3)      La confrontación de las acciones de Simón con las de la mujer vv.44-47.
44 y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos.45 No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies.46 No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume. 47 Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.»”.
El tema principal es la verdadera acogida a Jesús entre los cuales se contraponen los gestos de la mujer con los de Simón. 1) Simón no le da agua para sus pies, la mujer sí, 2) Simón no da el beso, la mujer no deja de besarle los pies, 3) Simón no unge la cabeza de Jesús, la mujer unge los pies. Después de mostrar esta contraposición, aparece el tema del perdón y la mujer es perdonada porque acoge a Jesús, mientras que aquel que no acoge y cuestiona el profetismo de Jesús con los pecadores no ama lo suficiente y por eso mismo no es perdonado lo suficiente[15].
4)      El envío vv.48-50
48 Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados.» 49 Los comensales empezaron a decirse para sí: «¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?» 50 Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado. Vete en paz.»
Aquí aparece una conclusión que busca unir el perdón con la actividad directa de Jesús. Esa cualidad de Jesús de perdonar pecados es cuestionada por los comensales por medio de una reacción no abierta (comenzaron a decirse para sí). Seguidamente, se vuelve nuevamente a la mujer y se le valora lo que motivó el acercamiento a Jesús que fue la fe, que la llevo a buscar el perdón y a mostrar ese gesto de respeto y de amor que fue la unción. Finalmente la envía, después de llevarla del pecado a la salvación y más adelante a la vida cristiana[16].







[1] “Resulta muy significativo que Lucas no quiera traducir por didaskale los títulos de rabbi o rabbuni que aparecen en Marcos (Mc9,5;10,51;11,21;14,45) en vez de eso emplea epìstata (Lc 9, 33 aunque el p45 y el códice X leen didaskalé o simplemente omite el título arameo, como lo hace, por lo general, con las palabras semíticas que encuentra su fuente. FITZMYER, Joseph, El Evangelio de Lucas. Vol II Traducción y comentario, Madrid, Cristiandad, 1987, pág. 700.
[2] Cf. AGUIRRE, Rafael, RODRÍGUEZ, Antonio, Evangelios sinópticos y Hechos de los Apóstoles. Introducción al estudio de la Biblia, pág. 301.
[3] Cf. BOVON, Francois, El Evangelio de Lucas, Sígueme, pág. 548
[4] “El pasaje en sí no tiene ninguna relación directa con los tres episodios precedentes y no es fácil determinar los motivos de su inserción precisamente en este punto del relato. Se ha querido ver una conexión-desde luego, bastante superficial- en el hecho que Lc 7,34 se presenta a Jesús como Hijo del hombre “que come y bebe”, pero que en realidad, la narración evangélica de Lucas todavía no ha presentado a Jesús en este aspecto. Quiza sea más pertinente una cierta correlación con Lc 7, 34 precisamente en el reproche que se le hace a Jesús: amigo de los pecadores; el presente episodio sería una prueba de esa acusación. También sería posible ver en este pasaje la reacción típica de los fariseos ante la figura de Jesús; eso haría de este relato una buena ilustración de Lc 7,30. Pero el episodio, en su propia individualidad es bastante complicado”. FITZMYER, Joseph, El Evangelio según San Lucas, Vol II. Traducción y comentario, Madrid y cristiandad, 1987, pág. 689.
[5] El género literario del simposio utilizaba a menudo un incidente imprevisto para hacer que se entablara la conversación; aquí se trata de la llegada inesperada de la mujer (v. 37). La repetición de la palabra fariseo deja prever una discusión encarnizada. BOVON, El Evangelio, pág. 551.
[6] DIBELIUS, Martín, La historia de las formas evangélicas, Valencia, Edicep, 1984, pág. 117.
[7] “Si nos viéramos obligados a afirmar que dicha parábola es un elemento constitutivo del relato, la prueba de amor de la mujer sería signo del perdón ya otorgado. Pero existe la posibilidad de que la parábola sea un elemento extraño al contexto. En tal caso la unción independiente de la parábola, tendría que ser interpretada de modo que la mujer hubiera sido objeto del perdón por la prueba de amor ofrecida. Sea cual sea la respuesta dada a este punto concreto, no puede negarse que la narración tiene un carácter legendario. DIBELIUS, Martín, La historia de las formas evangélicas, Valencia, Edicep, 1984, pág. 117.
[8] “Este uso social dio lugar al mencionado género literario, que tiene su prototipo en los symposia (banquetes) de Platón y Jenofonte, en los que Sócrates es el invitado especial (sería ocioso enumerar la larguísima lista de autores que, durante más de cuatro siglos, emplean este género literario)” AGUIRRE, Rafael, La mesa compartida. Estudios del NT desde las ciencias sociales. Santander, Editorial Sal Terrae, 1994, pág. 69.
[9] Cf. AGUIRRE, La mesa, págs.. 69 y 72
[10] FITZMYER, El Evangelio, pág. 690.
[11] Cf. FITZMYER, El Evangelio, pág. 690
[12] “Hay ciertos episodios de Marcos, que Lucas considera como duplicados de otros pasajes ya incluidos precedentemente en su propia narración y, por tanto los suprime” FITZMYER, Joseph, El Evangelio de Lucas, Vol I. Traducción y comentarios, Madrid, Cristiandad, 1986, pág 163.
[13] FITZMYER, El Evangelio, pág. 691.
[14] “No son solamente tres voluntades las que se enfrentan, sino tres tipos de conocimiento. La mujer ha sabido que Jesús estaba allí (v.37), el fariseo cree saber (v. 39) que Jesús no sabe. La mayéutica de Jesús va a conducir al fariseo desde su pretendido saber a un verdadero conocimiento y a confirmar su propio conocimiento así como el de la mujer. No sin cierta ironía, opone Lucas en el v. 40 el saber profético de Jesús al error de juicio del fariseo” BOVEN, El Evangelio, pág. 554.
[15] La frase [ha mostrado mucho amor] indica cómo se ha manifestado la realidad de ese perdón ya existente. En el caso del fariseo, la actitud de menos amor es porque tiene una deuda más pequeña y se le añade, que se le perdona poco, no solo por su comportamiento, sino por la actitud que orienta su vida. Cf. FITZMYER, El Evangelio, pág. 704.
[16] Vete en paz, esta fórmula de despedida, que aparece también en Lc 8,48 y en Hch 16,36, es una resonancia de diversos pasajes veterotestamentarios (cf. 1Sam 1, 17; 20, 42; 29, 7). FITZMYER, El Evangelio, pág. 705.